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martes, 1 de octubre de 2013

PASAPORTE A LA LIBERTAD



                                                 PASAPORTE A LA LIBERTAD



Buscan un sueño, una ilusión, arriesgan sus vidas contra viento y marea, sufren de estafas, huyen de conflictos económicos, religiosos y sociales, incluso del maltrato. Compran el pasaporte a la libertad a mafias y se embarcan para cruzar las gélidas aguas del mar en una simple patera rumbo hacia lo que ellos llaman “el sueño europeo”.


En busca del “sueño europeo”:

Cada vez son más los inmigrantes que arriesgan la vida en pequeñas embarcaciones por la lucha de la supervivencia, en sus países se mueren de hambre y encuentran en el paso del estrecho un seguro de vida o una muerte segura. Según la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), el balance migratorio en la Frontera Sur realizado en el 2012 indica que el 57 por ciento del total son de origen subsahariano, seguido de los magrebíes con un 23 por ciento. Por otra parte se ha producido también un incremento de los de origen argelino.


Las rutas Atlánticas hacia las Islas Canarias, Gibraltar, sur de Andalucía, Islas Baleares, Sicilia y Malta, Francia y Grecia comprenden el dominio de las mafias transfronterizas para la oferta y demanda de las migraciones en África y Mundo Árabe, sin olvidar que también llegan asiáticos y del Medio Oriente que en conjunto cubren las costas mediterráneas.


Sólo unos pocos valientes, en su mayoría hombres (el 87% del total), se atreven a dar el paso para dejar su tierra en busca de algo mejor. Llevan mucho tiempo escuchando por la radio o del boca a boca como algunos consiguen llegar a las costas, pero también como muchos mueren por el camino o desaparecen.



El negocio de las mafias transfronterizas:

La Real Academia de la Lengua define la “patera” como aquella embarcación pequeña, de fondo plano sin quilla. Es en ésta donde muchas personas se juegan la vida en busca de un sueño. Pero para llegar a ella antes han de ser capaces de contactar con alguien que se dedique al tráfico de personas, las mafias.


Hay dos formas de poder contactar con ellos; los más afortunados reciben en su aldea la visita de las mafias y estas les ofrecen un paquete completo que se compone del viaje hasta la costa y posteriormente en patera y ropa para no llamar la atención cuando lleguen a Europa. En estos casos una vez que lleguen al destino tienen que devolver el dinero con intereses (muchas mujeres se prostituyen para pagar estas deudas). Si les atrapa la policía y les deportan al país de origen se  ofrece un nuevo intento sin coste.


La otra forma de contacto es pidiéndole al rico de la aldea un préstamo o ahorrar durante largos años para poder llegar a la costa y contactar con las mafias en busca de un viaje cercano que salga hacia Europa. En este caso se paga a los traficantes por adelantado o en la misma patera el día del viaje. 



Para que los traslados sean posibles se tienen que dar tres factores principales; el soborno a los militares de la costa, el buen tiempo y un mínimo de personas para poder llenar las embarcaciones. El contacto se hace de forma muy discreta y con muy pocas palabras. El traficante se tiene que ganar la confianza de los clientes para una mayor captación porque el temor a ser estafados y perder los ahorros de su vida está muy presente.


Los viajes tardan un tiempo en prepararse y se tienen que dar esos tres factores principales. Entre tanto se irá amontonando a los clientes en casas miserables o chabolas hasta que llegue el día más esperado. Hay que recordar que si estos mueren en la travesía sin haber llegado a pagar la deuda, será la familia quien tenga que devolver el dinero trabajando o incluso vendiendo su cuerpo o vida.



Rumbo hacia lo desconocido:

Usman, subsahariano de nacimiento llegó a España en el 2006, él es uno de esos chicos que consiguió cruzar la frontera con un sueño, mejores condiciones de vida y ayudar a su familia. En un primer momento salió hacia Senegal donde encontró trabajo como pescador donde se acostumbró al mar. Su único jornal era exclusivamente para comer. 


Meses después siguió hacia Mauritania, allí trabajó dos años también como pescador en donde consiguió ahorrar. Mientras ganaba dinero se dedicó a contactar con las mafias aunque con el miedo de poder ser estafado. Cuenta que algunos recaudan el dinero y más tarde denuncian a la policía a sus clientes. Finalmente Usman pagó mil euros por su pasaje.



Una noche fueron citados él y una docena de personas más, así lo explica Usman: "Temblaba, pero no de miedo. Temblaba de felicidad porque por fin había llegado el momento de ir a España. Sólo había dos opciones: morirme, y entonces podría descansar en paz por fin, o llegar a España, entonces podría trabajar y ayudar a mi familia por fin".

Su viaje duró 4 días, él estaba acostumbrado a la mar, pero aquellos otros rostros desconocidos cuyos nombres no sabía vomitaban, algunos, dice Usman, vomitaban hasta sangre y eso impedía que pudiesen comer. La agonía se prolonga con el frío, el hambre, la fiebre de algunos e incluso las ganas de hacer sus necesidades fisiológicas. Aún confiesa llorar muchas noches al recordar aquellos días.



El trayecto de este valiente chico es muy similar al que han vivido otros en su momento. Cuando llega el cayuco todos están atemorizados ante la incertidumbre de un viaje desconocido. Hombres, mujeres embarazadas y niños que no pueden moverse de su posición durante horas o días, dependiendo del viaje. Algunos conseguirán cruzar la frontera, otros serán llevados a Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) cuyo presupuesto para el 2013, según APDHA, es de 400.000 euros.



La ayuda esperada:

Tras cruzar la frontera en España muchas mujeres buscan la ayuda de un hombre llamado Isidoro Macías, también conocido como el “Padre Pateras”. Este fraile franciscano transformó su casa de Algeciras en un hogar de acogida para inmigrantes ilegales.



Otros le llaman el Apóstol del Estrecho y a través de las donaciones de mucha gente puede proporcionar comida, recursos y respaldo legal para el permiso de residencia de sus protegidos. Les ayuda a comenzar una nueva vida, a alcanzar ese sueño que les ayudará a salir de la pobreza. Unos tendrán la suerte de mejorar sus condiciones, otros tendrán que conseguir cualquier trabajo para pagar la deuda que tienen con las mafias.


Esta es la historia del tráfico humano, de las ansias de vivir, de la recompensa y de los que se quedan por el camino. Esta es la historia de aquellos que desde otro lugar del mundo envidian una vida mejor y la historia de aquellos que tras pasar la frontera pierden la ilusión del “sueño europeo”, un sueño que hay que pagar con muchos intereses.


1 comentario:

  1. Hola Miriam,
    Hoy sólo vengo a presentarme. He hecho un nuevo blog y quería invitarte para compartir contigo, si te parece bien.
    Aún no tengo amigos, jajaja, ando solo por el mundo todavía. Así que si te gusta también tendrás un nuevo amigo.

    Saludos,
    Jacob K

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