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viernes, 20 de diciembre de 2013

LOS OLVIDADOS ENFERMOS MENTALES DE ÁFRICA

      

                  LOS OLVIDADOS ENFERMOS MENTALES DE ÁFRICA

Existe un lugar donde hay hombres y mujeres olvidados, donde las estrellas rojas de la carretera nunca pasan. Existe un lugar del que pocos hablan. En él habitan los enfermos mentales de África, personas que sufren diariamente una violación sistemática de sus derechos como humanos. 


Desde hace diez años, Ahmed Adan Ahmed, que ahora tiene 13, vive atado a un poste de madera en una tienda del campamento de las Naciones Unidas para desplazados de Galkayo (Somalia) Fotoperiodista Robin Hammond


El enfermo mental


En los países más pobres del África subsahariana esto parece ser ya lo normal. Los considerados locos por la comunidad son encarcelados por su propia familia durante años. No se puede culpar, en ocasiones, tales hechos pues la ignorancia de esos poblados ante la enfermedad hace actúen así.





Desconocen que se trate de una patología mental que, a través de medicamentos, se pueden disminuir sus efectos. Los que son informados tampoco tienen los recursos económicos necesarios para ayudar.



En la ciudad de Eket (Nigeria), los enfermos mentales viven hacinados en una antigua cárcel. Atados, sin apenas comida y sin atención médica poco a poco se pudren en las arenas del suelo. Tienen la mirada perdida, de vez en cuando se culpan por su condición, viven como pueden y mueren prácticamente consumidos.



                                            SUDÁNRobinHammond, un enfermo mental encadenado en la prisión para presos comunes de Juba (Sudán) © Robin Hammond - FotoEvidence)



Para entender esta actitud, debemos saber que en estos poblados existe la creencia de que los enfermos mentales son demonios. Estos hombres y mujeres no son personas sino zulúes, diablos disfrazados de carne y hueso para tapar lo que realmente son. Alguien que avergüenza a la familia, una especie de castigo. Por eso muchos son tratados como basura y encadenados a árboles, troncos o cualquier tipo de poste. Y es que si caes mentalmente enfermo en África pierdes tu derecho como persona.




Centros de plegaria


Los centros de plegaria son aquellos lugares donde algunas familias llevan a sus enfermos. Al considerar que son demonios, creen que un periodo en este lugar rezando les ayudará a expulsar lo que tengan dentro para curarse. Se crea con esto, una especie de hospital espiritual, previa colaboración económica de las familias, donde pasarán largos años de esclavitud. 



Con el dinero que reciben compran las cadenas y los supuestos cuidados que nunca tendrán los enfermos. En estos centros se les priva de sus derechos y son maltratados diariamente. Dicen los responsables, que al no haber medicamentos, sólo Dios puede salvarlos y que él es el que dice lo que se tiene hacer con los olvidados. Algunos nunca se curan y perecen allí en las peores condiciones que un hombre puede tener.

KENIAAbdi Rahman Shukri Ali, encerrado por su familia en una cabaña
en el campamento de refugiados de Dadaab (Kenia), el más grande del mundo

 (© Robin Hammond - FotoEvidence)

Los locos


A pesar de parecer que el número de enfermos mentales en África no es muy alto, según David M. Ndetei, fundador y director de la África Mental Heath Foundation, el índice de trastornos mentales en este continente es similar al encontrado en el primer mundo.



Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 70% de los Gobiernos africanos emplean menos de un 1% de su presupuesto total de salud en este sector de la población. Esto demuestra que los centros de tratamiento son muy pocos en los países más pobres y que esa falta hace que los únicos que hay requieran un gasto importante a las familias que ya cuentan con pocos recursos.


Ese es uno de los motivos por los que es mejor seguir creyendo en supersticiones y no hacer nada más que atar al enfermo en un lugar aparte del pueblo. Desde esquizofrénicos hasta simples epilépticos, el campo en este sector es muy amplio.


UGANDAEste muchacho de 14 años lleva atado seis. Su madre se niega a llevarlo al hospital, que está a dos kilómetros de distancia. Es otra foto de Condenados, el reportaje de Robin Hammond sobre enfermos mentales en África (© Robin Hammond - FotoEvidence)


No obstante, en estos lugares todavía queda gente que trata de cambiar esta situación. Es el caso de Grégoire Ahongbonon, un reparador de neumáticos africano, que un día decidió dedicarse por completo a una misión: rescatar, curar y reinsertar en la sociedad a los que padecen algún tipo de trastorno mental en África.


Desde hace años va por los pueblos en busca de algún enfermo que esté en las condiciones descritas anteriormente y lo traslada a su centro de rehabilitación. Allí se pueden asear y vestir, así como recuperar su derecho a la vida. Con la ayuda de donaciones y el propio dinero de Ahongbonon consiguen llevar medicamentos al centro para poder tratar los trastornos durante meses. Tiempo después, ya curados, se intenta que la familia entienda la problemática de un trastorno mental y la importancia de que el enfermo siga tomando los medicamentos. Tras este trabajo se reinserta a la persona en su poblado de origen y se le hace un seguimiento en los meses y años posteriores.



En Costa de Marfil hay más de 16.000 enfermos que toman medicamentos y tan sólo dos centros psiquiátricos. En este caso el dinero tiene un papel muy importante ya que sin él, es muy difícil optar al tratamiento. Gracias al centro de Grégoire Ahongbonon hay rehabilitación para muchos hombres, mujeres y niños que viven esclavizados por una condición que no han elegido.



¿Y si por una simple depresión pudiésemos optar a ser olvidados con una cadena en cualquier lugar? Esto es lo que muchos han sufrido en África y lo que sigue pasando en el siglo XXI en ese continente en su mayoría de usar, y por lo visto, tirar.