CUANDO SE ESCONDE EL SOL
Al oído el viento susurra
el hambre voraz por comer.
Al silencio asustan los ecos
cómplices de un ayer.
Son culpables ya los versos
y más valientes pueden ser,
ya se enredan entre espinas,
ya se clavan en la piel.
¿Quién no rompe al pensamiento?
¿Quién no siente alguna vez?
¿Quién destapa los temblores
de mi tierra al caer?
Entre flores ya marchitas,
entre campos de papel,
se esconden los temores,
los complejos y el saber.
Se pudre el llanto ya cansado,
se cobijan las ansias de correr,
se rompe el hielo malcriado,
vuelve el aire frío otra vez.
Poesía hermosa como tú Miriam.
ResponderEliminarCuando cae el sol, suceden muchisimas cosas extrañas.
Saludos,
Jacob k