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martes, 7 de mayo de 2013

UN POBLADO DE CARTÓN

                                    UN POBLADO DE CARTÓN: "EL GALLINERO"

                       Producción, redacción y edición: Jaione Carpintero y Miriam Cantalapiedra


"El Gallinero" se trata de un poblado chabolista que se sitúa a tan sólo 12 kilómetros de Madrid. En él residen alrededor de 100 familias en unas condiciones pésimas. Ellos son gitanos-rumanos procedentes de una ciudad llamada Tanderi, a 150 kilómetros de Bucarest. Llegaron a España en busca de una vida mejor que en Rumanía no podían conseguir. Durante aproximadamente 8 años son muchos los voluntarios que pasan por este poblado para garantizarles sanidad y educación.

 Jorge Fernández es uno de los veteranos, dicen los "ROMS"(gitanos-rumanos) que éste es como un padre para ellos ya que está implicado al 100% en la causa. Todos los lunes lleva a los niños al dentista y durante la semana les facilita apoyo escolar. Además, se encarga de gestionar los servicios sanitarios y los judiciales. Junto con otros voluntarios les ayudan con los temas legales porque el ayuntamiento de Madrid constantemente está denunciando las chabolas ya que ocupan un espacio que pertenece a la Junta de Compensación, así lo explica Jorge: " El ayuntamiento les ha denunciado y hemos acompañado a cada una de las familias a los juzgados para hacer recursos en esas denuncias que el ayuntamiento ha hecho a cada uno de ellos".

Pero no sólo son los temas legales por los que más se preocupan, los voluntarios dan mucha importancia a la educación de los niños. Estos piensan que la pobreza se vence a través de la educación, por eso están convencidos de trabajar con los niños ya que consideran que ellos y su hijos  serán los que dejen de repetir el modelo de pobreza y de vida con el que viven en la actualidad.


Para que puedan ver de qué estoy hablando mi compañera, Jaione Carpintero y yo hemos realizado un reportaje para enseñar en qué condiciones viven los ROMS y su hijos. El primer día que nos acercamos fuimos uno más, todos los niños se nos echaron encima, nos dieron la mano y nos acompañaron por todo el poblado mientras nos abrían la puerta de su casa y nos contaban su historia. El segundo día fuimos con las cámaras, ya nos conocían, pero lo más importante es que veníamos de parte de Jorge, no eramos una amenaza. Ha sido muy gratificante hacer un trabajo como éste a pesar de que al "Gallinero" le quede muy poco ya que la polícia  cada poco se acerca a derribar unas cuantas chabolas, unas cuantas viviendas. Esperamos que os guste este proyecto y mis agradecimientos a Jorge y al poblado por acogernos.