A un sólo momento de felicidad le siguen cientos de angustias, torturas, miedos e incertidumbres. A un sólo momento de felicidad le precede su pasado, su nostalgia, sus pies sobre la tierra. Cuán inesperado es ese momento donde la nada se hace todo lo deseado. A veces dura días, en ocasiones sólo horas y otras simplemente se convierte en una mera sensación.
A un sólo momento de felicidad le acompañan sus noches sin dormir, los pensamientos en círculos cerrados, las ganas de su vuelta, el simple olor a pasado y la espera del auténtico desafío del día después.
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